Mi ingenuidad me ha hecho pensar que a estas alturas ya sabían muchas personas que un logo representa una marca, unas ideas y unos valores. Pues creo que algunos no se han enterado todavía, o bien que ese nombre representa un conjunto de aprovechados que buscan ponerse medallas con el trabajo de otros.
Yo escribo opiniones e historias. Las segundas son inventadas y las desarrollo en cuentos o narraciones. Las opiniones son las que surgen a partir de hechos reales, tangibles. En ambos casos no me escondo, es decir digo mi nombre y cómo pueden contactar conmigo si tienes algo que añadir a mi reflexión particular.
Por donde no paso, y repito: no paso es por hablar con robots.
Te preguntarás:
¿Qué entiendes por robots?
Cuando hablo de robots no me remito a la definición que nos da la enciclopedia sino a la que corresponde a:
– Quienes no dan su nombre cuando hacen una crítica,
– No ponen su rostro en las valoraciones…,
en fin los que se esconden detrás de un logo anteriormente citado en este post.
Cuando crea que comunicarme con robots es más interesante que hacerlo con las personas os lo haré saber, de momento sigo por este camino tradicional y primitivo.
Como sigo creyendo que siempre debe darse un apunte didáctico o mensaje a cualquier publicación recomiendo a mis lectores menos atentos a los avances tecnológicos lo siguiente:
-
Se deben personalizar los correos electrónicos con nombre para que el lector le de la importancia que corresponde. A continuación os dejo un ejemplo de lo que hago en los míos:
- Es muy importante ser educado y agradecido. Os recomiendo despedirse y volver a añadir vuestro nombre.
Con frecuencia pensamos que las cosas más fáciles no tienen importancia, pero en la mayoría de las ocasiones son las más difíciles de realizar.
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Otras publicaciones de interés son:
– Experiencia y visión a los 40 y tantos